Bauzá tiene incluso limitada su mejor virtud: el trile. A la
hora de saber dónde está la bolita, se lía. En una defensa indefendible de la
deuda de la Comunidad Autónoma balear, reprochó a su oponente, Francina
Armengol, no saber sumar y la invitó a sacar la calculadora para comprobar que 5.250 millones más 1.600
millones dan un resultado exacto de 7.750 millones. La socialista se
desgañitaba en su escaño indicándole que se equivocaba, pero Pitagorín Bauzá
insistía en que la equivocada era ella. Ya se sabe, el complejo de madre cuando
constata con satisfacción que su hijo soldado desfila correctamente mientras
que todo el batallón va con el paso equivocado.
También es curioso el argumentario del PP sobre la deuda
heredada. Empezaron descubriendo, con escándalo, que habían encontrado varios cientos
de millones en facturas impagadas en los cajones. Argumentario incierto en la
cantidad pero normal en la alternancia de Gobiernos. Ayer Bauzá señaló que la
deuda heredada en facturas era de 1.700 millones. Horas más tarde, el conseller
de Hacienda la situaba en 2.000 millones. Mañana será de 4.000…
Es cierto que el debate parlamentario es un pimpampum sin
sentido, pero habrá que reconocer que los guiñoles protagonistas del
teatrillo son del PP. En ese caso, generalizar culpas en injusto.
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