1. Todo es más simple de lo que muchos creen: Sánchez ha captado
el pulso real del grueso de la militancia socialista y Susana Díaz, con su
estado mayor de generales, no. Es un caso claro de soberbia con exceso de
confianza, letal en una sociedad tan líquida como la del siglo XXI.
2. Una buena noticia: ni grandes medios de comunicación, ni
conexiones económicas, ni la procesión de antiguos santones pueden conducir y
manipular a un colectivo concienciado y luchador, que tiene muy claro lo que
quiere. El establishment solo sale
vencedor cuando se enfrenta a masas desinformadas y cobardes. Que la
socialdemocracia tome nota.
3. Otra obviedad: el proceso de decadencia del PSOE comenzó
cuando dio pie a que se acuñase el PPPSOE. En consecuencia, la recuperación
llegará cuando la ciudadanía perciba que se han roto las dos primeras Pes y se
reinstale en una izquierda útil, moderna, responsable y abierta. Susana no
llegó a analizar este mapa y se perdió.
4. Futuro: Si alguien pretende recomenzar de inmediato una
operación de acoso y derribo a Sánchez, además de miope está muy equivocado.
Ayer, 21-M, fue un punto sin vuelta atrás. Nada ni nadie en el PSOE puede
preparar un nuevo golpe contra el secretario general sin contar con el grueso
de la militancia. Si aún así lo hace, que se atenga a las consecuencias. El parte
médico de las heridas políticas de Susana Díaz lo ilustrará.
5.Conclusión: Es preciso que la reserva activa del partido
pase a la jubilación política definitiva. Que se guarden odios personales operísticos
en el desván; que todo el mundo se suba a la ola y aproveche el impulso
creado por las primarias del PSOE para rescatar la decencia y los valores
cívicos que el Gobierno del PP ha secuestrado.