Finalmente llegó el 10-N, jornada con mayores expectativas
que el 9-N. Después del inútil referéndum de mentirijillas medio pactado entre
Rajoy y Mas para vestir sendas muñecas, llega la hora de la política. Está por
ver si alguno de los dos se lo tomará en serio.
Nunca me han gustado las fronteras, siempre las he asociado
al miedo de alambradas y control de pasaportes. Afortunadamente, Europa las superó hace décadas. Por eso me extraña que, cuando se cumplen 25 años de la caída del muro que separaba las dos Alemanias, la única solución al conflicto creado por la
terquedad del PP i CiU sea crear nuevas barreras pintadas de rojo y blanco con policías de por medio.
Desde una perspectiva de izquierdas, internacionalista,
integradora y federalista:
- lo más parecido a un trabajador catalán con
contratos precarios es un trabajador andaluz con contratos precarios;
- lo que más se asemeja a un pensionista catalán
con recortes sanitarios es un pensionista madrileño con recortes sanitarios;
- lo más parecido a un dirigente político catalán
corrupto en el entorno de la Generalitat es un dirigente político corrupto en
el entorno de La Moncloa.
- la broma de los "Ocho apellidos vascos" es
equivalente a "Ocho apellidos catalanes". O andaluces, o manchegos o canarios.
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