Señala que, si bien la izquierda clama que “el fascismo no pasará”, en la
práctica histórica solo “ha pasado” cuando la derecha liberal ha cedido por un
puñado de votos o por algunos beneficios cortoplacistas. Lévy percibe que el
huevo de la serpiente se está moviendo y que los demócratas deben reaccionar a
tiempo. En los años 30 del siglo pasado
no reaccionaron ante las escaramuzas iniciales de Hitler.
Admiro a un país que, como muchos otros de Europa, mantiene ese debate. Es
España no existe. Aquí todos sabemos dónde está cómodamente alojada la extrema
derecha: entre la derecha “liberal” del PP, mimetizada con el medio y apenas
camuflada. Es nuestro drama latente. Si
hubiera en España un partido similar al
de Le Pen, el PP casi nunca alcanzaría la mayoría para gobernar. Por eso se mezclan.
http://internacional.elpais.com/internacional/2012/05/04/actualidad/1336163244_069006.html
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